A medida que nuestra sociedad corre hacia la realización del Internet de las cosas, hay un creciente énfasis en el mundo de la educación K-12 para poner la tecnología en manos del personal y los estudiantes.
Algo que falta en esta carrera es un esfuerzo colectivo para educar no solo a nuestros estudiantes sino también a nuestro personal sobre la importancia de entender lo que significa ser un ciudadano digital responsable.
Tenemos acceso a más información a través de varios medios y más exposición al mundo que nos rodea que nunca antes. Este acceso y esta exposición conllevan una responsabilidad que las personas de todas las edades no comprenden realmente: la huella digital duradera que creamos cada día.
Parte de mi función como asesora de entornos de aprendizaje para el CDWG consiste en mantener conversaciones con las partes interesadas del distrito y hacerles preguntas como: «¿Por qué quieren esos dispositivos?». «¿Cómo piensan utilizarlos?» «¿Qué tipo de desarrollo profesional y formación va a ofrecer?». Pero lo que yo (nosotros) tenemos que empezar a preguntar también es: «¿Cómo estáis educando a vuestro personal y a vuestros alumnos en lo que significa ser un ciudadano digital responsable?»

Mike Ribble, colaborador de la ISTE, define los nueve temas de la ciudadanía digital como
Acceso: plena participación electrónica en la sociedad.
Comercio: compra y venta electrónica de bienes.
Comunicación: intercambio electrónico de información.
Alfabetización: proceso de enseñanza y aprendizaje de la tecnología y su uso.
Etiqueta: normas electrónicas de conducta o procedimiento.
Derecho: responsabilidad electrónica por las acciones y los hechos.
Derechos y responsabilidades: las libertades que se conceden a todos en un mundo digital.
Salud y bienestar: bienestar físico y psicológico en un mundo de tecnología digital.
Seguridad (autoprotección): precauciones electrónicas para garantizar la seguridad.
Recibí una calificación de «ciudadanía» -es decir, una nota por cómo me comporté en clase y en la cultura escolar en general- a lo largo de mi experiencia K-12. La escuela en la que enseñé utilizaba X, Y, Z (mejor comportamiento, comportamiento normal en la escuela secundaria y una interrupción constante del proceso de aprendizaje, respectivamente) para calificar la ciudadanía de nuestros estudiantes.
Los educadores se encargan de enseñar a los alumnos a comportarse en un entorno social, calificándolos en función de factores como llegar a clase a tiempo, estar preparados, aportar una actitud positiva y ser respetuosos. Todos estos son rasgos transferibles que se prestan a ayudar a los estudiantes a convertirse en empleados eficaces y productivos en el futuro.
A continuación, tomemos un momento para pensar en las publicaciones o fotos cuestionables en las redes sociales que has visto de familiares, amigos o colegas, o cuántas veces los estudiantes (actuales o antiguos) han sido llamados a la oficina del director por publicaciones o fotos que han sido señaladas a la escuela.
Ahora piensen si añadimos un sistema de calificación similar a las actuales calificaciones de ciudadanía, fomentando y evaluando la ciudadanía digital de los estudiantes, comenzando ya en el jardín de infancia. Sé que muchos de mis amigos, antiguos colegas y alumnos recibirían una calificación de ciudadanía digital «Z» si existiera un sistema así. Pero, ¿sería este sistema suficiente para guiarles, para ayudarles a navegar correctamente por los entresijos de la era digital a medida que avanzan en su trayectoria educativa?
El plan de estudios y la educación en materia de ciudadanía digital tienen que comenzar en el periodo K-12, porque incluso en su forma más sencilla y en sus primeras etapas, nuestros jóvenes tienen la tecnología en sus manos y acceso a una colección de contenidos digitales en constante crecimiento y cambio. Nuestros alumnos siempre tendrán tecnología y acceso digital, así que ¿por qué no explicarles sus derechos y responsabilidades? En esta era digital, que ha visto la aparición de cosas como el ciberacoso y el ciberhostigamiento, nosotros, como padres y educadores, tenemos que hablar de todo un nuevo mundo de peligros extraños. La salud y el bienestar de los estudiantes, así como la seguridad personal, se están convirtiendo en algo tan importante como algunos de los contenidos «obligatorios» que examinamos a los niños cada año.
Nos encontramos en aguas desconocidas, no sólo como educadores, sino también como padres y mentores. ¿Cómo ayudamos a esta generación digital de estudiantes a darse cuenta de que lo que hacen forma parte para siempre de su huella digital? Los futuros empleadores, el personal de admisión a la universidad, incluso los futuros suegros tendrán la capacidad de buscar en Google o Bing y encontrar todo y más, bueno o malo, sobre ellos.
¿Cuáles son los siguientes pasos? Ya ha comenzado un movimiento para enseñar a los estudiantes la alfabetización digital. Pero antes de centrarnos en ese plan de estudios, ¿por qué no empezar por enseñar a nuestros alumnos y miembros del personal a ser ciudadanos digitales responsables?