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Meniga ayuda a los bancos tradicionales a mantener a raya el miedo a las fintech

Un inversor me dijo una vez que el miedo era la mejor herramienta de ventas jamás inventada. Se refería al crecimiento en forma de «palo de hockey» que estaba experimentando su empresa de ciberseguridad, gracias a una serie de historias aparecidas en los medios de comunicación sobre casos destacados de empresas que habían sido pirateadas. Pero, ¿podría decirse lo mismo de los bancos y la amenaza pendiente de las fintech? Podría decirse que tienen mucho que temer.

Desde la desagregación de algunas de las partes más lucrativas de su negocio por parte de empresas emergentes, como TransferWise (transferencia de dinero), Nutmeg (ahorros) y PensionBee (pensiones), hasta los bancos «desafiantes» que están reinventando la cuenta corriente y prestarán los depósitos de los clientes en forma de descubiertos, un modelo de negocio que es la base de la banca tradicional.

UE

Y luego está el mayor elefante de la sala: las grandes empresas tecnológicas. Si de lo que se trata realmente es de monetizar el acceso a los datos financieros de los consumidores -un acceso que los bancos se ven obligados a ofrecer por la próxima normativa de banca abierta de la UE y el Reino Unido-, empresas como Google, Facebook y, en menor medida, Apple y Amazon, no pueden permitirse no subirse al tren de la tecnología financiera.

Meniga es una empresa de tecnología financiera con sede en Londres e I+D en Islandia que proporciona tecnología de banca digital a algunos de los mayores bancos del mundo. Sus diversos productos incluyen una capa de software que tiende un puente entre la infraestructura tecnológica heredada de un banco y una API moderna, lo que facilita la creación de experiencias bancarias digitales fáciles de usar para el consumidor y el cumplimiento de la próxima normativa, como la PSD2.

Estas nuevas experiencias de banca digital suelen aparecer en la aplicación móvil de un banco e incluyen funciones como la de gestor de finanzas personales, un feed de actividad similar al de Facebook para ayudar a los clientes a hacer un seguimiento de sus gastos, o el nuevo módulo «Desafíos» inspirado en Fitbit, una especie de rastreador de salud financiera que aprovecha las redes sociales y la gamificación para empujar suavemente a los clientes de un banco a mejorar su presupuesto.

Meniga

«Los bancos de hoy en día están sometidos a la presión de innovar y mejorar la experiencia de sus clientes en línea y, sin embargo, se aferran a procesos y sistemas heredados y, por lo general, están mal equipados para ofrecer a sus clientes una experiencia de usuario de primera clase en la banca digital», me dice Georg Ludviksson, cofundador y CEO de Meniga.

«Meniga se ha forjado una reputación como socio innovador de los bancos y sus soluciones de software ayudan a algunos de los mayores bancos del mundo a utilizar sus datos para hacer que su banca online y móvil sea más personalizada e inspiradora».

Ludviksson no se refiere a Meniga como un «socio innovador» de los bancos en el lenguaje de las startups, ni tampoco es una fanfarronada (el fundador de Meniga habla en un tono islandés suave y considerado). La empresa organiza sprints de diseño in situ de cinco días de duración con sus clientes bancarios y el año pasado realizó más de 80 sesiones de pruebas con usuarios en cuatro países, muchas de ellas en colaboración con los bancos.

Además, Meniga gestiona lo que, según Ludviksson, es un concepto único de «cajón de arena» en el que la startup de tecnología financiera ofrece un producto directo al consumidor para los islandeses que sirve como campo de pruebas de productos y de I+D que, a su vez, beneficia a sus clientes. «Es un sitio web con herramientas gratuitas de finanzas personales en el que están registrados más del 30% de los hogares islandeses. Los usuarios del sitio son consumidores de toda condición y con todo tipo de personalidad», afirma.

Banca digital

Meniga también trabaja con bancos para introducir nuevos servicios y modelos de negocio basados en datos. La idea es permitir a los usuarios de banca digital «comprender, gestionar y sacar el máximo partido a su dinero» proporcionándoles herramientas de finanzas personales, información y ofertas personalizadas, por ejemplo a través de su producto de ofertas vinculadas a tarjetas para comercios.

Es la clásica jugada de datos: danos acceso a tus datos financieros y te daremos algo de valor a cambio. Al fin y al cabo, los bancos disponen de un montón de datos que rara vez explotan bien, ni en beneficio propio ni en el de sus clientes. Meniga está ayudando a cambiar esta situación, mientras que la tarea de intentar persuadir a los bancos para que adopten una forma de pensar digital antes de que lo haga un competidor nuevo o antiguo se está volviendo mucho más fácil.

Mientras tanto, la empresa, que cuenta entre sus clientes con entidades de la talla de Santander, Intesa, Commerzbank, ING Direct y mBank, ha cerrado una nueva ronda de financiación de 7,5 millones de euros, con lo que el total recaudado desde su fundación en 2009 asciende a 21 millones de euros. La ronda ha sido liderada por Nordic VC Industrifonden, con la participación de los inversores Velocity Capital, Frumtak Ventures y Kjolfesta.

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